viernes, 25 de septiembre de 2015

El interminable viaje de Hassam.

Hassan estaba acostado en su cama junto a su mujer escuchando un disparo tras otro, algo que ya se le hacía rutinario. Se levantó y mientras se dirigía a la cocina se asomo a la habitación de su hijo para ver como dormía, tan despreocupado, tan ignorante ante el problema. Por una parte eso estaba bien, él no se merecía vivir todo eso, una guerra desatada por un corrupto.
Se escucho un golpe. La puerta se desplomo y cayo al suelo. Entraron una banda de hombres armados, gritando. Ni siquiera Hassan escucho lo que decían de lo que gritaban, sólo podía pensar en correr hacía el cuarto de su hijo, cogerle y salir por la ventana, mientras dejaba todo atrás, incluyendo a su mujer.
Esa mañana fue la última vez que pudo verla y estar a su lado.
A Hassan ya no le importaba nada, sólo quería huir de allí, irse lejos, no tener miedo. Quería ser feliz.
Fue hacía la costa, ya que sabía de sobra sobre "los barcos" que salían de allí y todas las consecuencias que podrían tener al subirse a uno. Pero no se lo penso dos veces, ya no tenía casi nada que perder, y ese casi sólo era su hijo.
Al subirse con su pequeño dado de la mano sintió miedo. No sabía ni a donde ir, ni de qué vivir...
Pasaron muchas horas, días, malos momentos interminables... Hasta llegar a tierra. Estaba muerto de sed, y de hambre, al igual que su pequeño.
Al llegar Hassan se enteró que estaba en Marruecos, pero allí había muchas fronteras que le impedían llegar a un país donde poder empezar de cero de verdad, de verdad poder ser felices y estar bien.
Hassan hará lo necesario por llegar al destino perfecto porque, poco le importa lo que tenga que hacer para llegar hasta él.